Mía
Mujer soñada: Ya tú eres mía...
Ya tú eres mía, como las rosas  son del rosal, y el Sol, del día...
Todos los seres, todas las cosas,  me están diciendo que ya eres mía...
¿No oyes el canto que alza el jilguero,  revoleteando sobre el alero, vertiendo a chorros su melodía?  Es que él bien sabe cuanto te quiero;  es porque sabe que ya eres mía...
¿No sientes cómo la mano blonda  del Sol oculto tras de la fronda  te unge del oro tibio del día?  Es que el Sol sabe también cuán honda,  cuán dulcemente ya tú eres mía...
¿No ves la lluvia -que canta ahora-,  regando perlas? Ya ella no llora  con infinita melancolía,  y es que la lluvia tampoco ignora  que ya eres mía...
¿No ves los juegos que entre las rocas   las mariposas juegan airosas,  en una móvil policromía?  Es porque saben las mariposas  que ya eres mía...
¿No estas sintiendo que dulcemente  la fresca brisa besa tu frente  y alarga el beso sobre la mía?  Es que ella sabe cuán hondamente ya tú eres mía...
¿No ves las noches ahora más bellas?  Es que han surgido nuevas estrellas,  y entre relámpagos de pedrería,  decir parecen que saben ellas  que ya eres mía...
¿No oyes al río, que descendiendo  por los barrancos, calma su estruendo  y se hace ahora blanda armonía?  ¿No te parece que va diciendo  que ya eres mía?
Mujer soñada: Ya tú eres mía,  ya tú eres mía como las rosas  son del rosal, y el Sol del día.  Todos los seres, todas las cosas,    -ríos, estrellas y mariposas-,  oyen el himno de mi alegría,  y hay más perfumes, porque hay más rosas,  desde que puedo llamarte mía...
(JOSÉ ÁNGEL BUESA)
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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