viernes, 7 de enero de 2011

Liliana

Querida Liliana: Siento no haberte hablado en tanto tiempo. Creo que estaba un poco perdido, sin rumbo, sin brújula, estrellándome contra todo. 


Un poco loco, imagino. 


Antes nunca había estado perdido. Tú eras mi norte. Siempre podía encaminarme a casa cuando tú eras mi hogar. Perdona por haberme enfadado al irte tú. Aún pienso que hubo algún error y estoy esperando que Dios lo corrija. Pero ahora lo llevo mejor. El trabajo me ayuda.

Más que nada, me ayudas tú. Anoche apareciste en mi sueño con esa sonrisa que siempre me abrazaba como un amante y me acunaba como a un niño.

Todo lo que recuerdo del sueño es un sentimiento de paz. Desperté con ese sentimiento e intenté mantenerlo vivo mientras pudiera. Te escribo para decirte que me dirijo hacia esa paz y que lamento tantas cosas. Siento no haber cuidado mejor de tí para que nunca te hubieras sentido asustada o enferma.

'Siento no haber encontrado el modo de decirte lo que sentía. Siento no haber encontrado un buen trabajo. Ya lo tengo ahora. Siento haberme peleado contigo. Siento no haberme disculpado más. Era demasiado orgulloso. Siento no haberte hecho más cumplidos sobre la ropa que llevabas o cómo te peinabas. Siento no haberte agarrado tan fuerte que ni siquiera Dios hubiera podido llevarte.

Con todo mi amor, M.

Esta es una carta de la misma película de la que hablé en el post pasado, pero está editada por mi, adaptada por mi.

Te Amo Liliana

Patito Pafé


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