miércoles, 25 de julio de 2018

Miércoles

Hola Amor

Varado. Nunca, o casi nunca, me había sentido así.

Hoy, haciendo los pendientes de la familia, ayudándola, porque sí, pasé por donde estaba tu antiguo despacho. El que comentaste que querías rentar. Ya desapareció tu letrero, tu logo que estaba ahí. Y que me gustaba verlo cuando pasaba.

Me entristeció un poco. No, corrijo. Mucho.

Hace rato, me invitaban a salir. Al Centro Comercial que está arriba. Cerca de donde vives. Les dije que no tenía ganas de ir. Tenía miedo.

Si. Miedo de verte. De que me veas. Y me ignores.

Si, ando muy deprimido. La fluoxetina es un pinche fraude. Por lo menos no me hace nada. No lo siento. Me siento en el penúltimo escalón. No creo que deba ahondar en eso.

Te extraño tanto. Tantas ganas de que me veas como me veías. De que me beses, aunque sea como un instante. Rápido. Furtivo.

Ni yo me entiendo. No puedo pedir que me entiendas. No lo hagas. Menos me analices. No quiero. No quiero que desmembres mis palabras, que las analices, que las desmenuces hasta que signifiquen lo que no signifiquan.

Extraño tantas cosas de tí. He perdido tanto, que duele. Un dolor sordo, que inmoviliza. Qué me provoca bordear las lágrimas, que me impide moverme. Ir a esos sitios donde pudiera encontrarte. O sentirte cerca.

No quiero volver a sentir lo que sentí aquella vez, que cruzaste la calle, y abordaste tu camioneta negra, con una explicación que no creo que ni tú entendieras, no quiero. No puedo.

Te Amo Liliana

Patito Pafé

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